Trastorno Límite Personalidad TLP-Mom psicología

Trastorno límite de la personalidad (TLP)

Estas personas tienen un concepto de sí mismas muy frágil, que es fácilmente alterado y fragmentado bajo situaciones de estrés, lo que se traduce en un nivel de identidad pobre y en sentimientos crónicos de vacío. Como resultado de ello, presentan inestabilidad emocional y tienen dificultades para mantener relaciones íntimas duraderas. Estas personas experimentan rápidos cambios de humor, de forma intensa e impredecible, pudiendo mostrarse extremadamente ansiosos o deprimidos. También pueden enojarse o ser hostiles si se sienten incomprendidos o maltratados. Pueden implicarse en agresiones verbales o físicas cuando están enojados.

Las reacciones emocionales suelen darse en respuesta a acontecimientos interpersonales negativos que implican pérdida o decepción. Las relaciones se basan en la fantasía, en la necesidad de los demás para la supervivencia y en la dependencia excesiva, así como en un miedo al rechazo o abandono. La dependencia implica tanto el apego inseguro, expresado como dificultad para tolerar la soledad, como la necesidad urgente de contacto con otras personas significativas cuando está estresado, acompañada a veces por un comportamiento sumiso. Al mismo tiempo, la intensa e íntima dependencia de otra persona a menudo conduce a un miedo a la pérdida de la identidad propia. Por lo tanto, las relaciones interpersonales son muy inestables y se alternan entre la dependencia excesiva y la huida.

Los principales rasgos y conductas interpersonales pueden estar asociados con una alteración de la regulación cognitiva. Es decir, las funciones cognitivas pueden deteriorarse en momentos de tensión interpersonal, lo que conduce a un procesamiento de la información escindido o dicotómico, del tipo de blanco o negro. Asimismo pueden experimentar reacciones cuasi-psicóticas, incluyendo la paranoia y la disociación, que pueden progresar a cuadros de psicosis transitoria.

Estas personas se caracterizan por ser impulsivas, actuando con la emoción del momento, y por implicarse en actividades potencialmente negativas. Los actos deliberados de autolesión (por ejemplo, cortarse o quemarse), la ideación suicida y los intentos de suicidio ocurren típicamente acompañados de una angustia intensa y de disforia, en particular en el contexto de los sentimientos de abandono, cuando una relación importante se rompe. Una angustia intensa también puede llevar a otras conductas de riesgo, incluyendo el abuso de drogas, la conducción temeraria, los atracones de comida o la promiscuidad sexual.

 

Tratamiento:

El objetivo será disminuir el pensamiento dicotómico (blanco/negro) y aprender a pensar de forma más adaptativa, aumentar el control sobre las emociones, mejorar el control de impulsos, la regulación emocional y fortalecer la identidad del cliente. Las intervenciones con mejores resultados son la Terapia cognitivo-conductual y la Terapia dialéctica conductual con Mindfulness.

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